La Ejecutiva local saliente de Santa Brígida nunca se ha considerado parte de la militancia histórica de CC. Sus propias manifestaciones en la despedida del partido así lo contemplan. Se trata de un grupo de vecinos liderados por Victoria Casas -a la espera está que CC le pida su acta de concejal- que en medio de la fractura con la mayoría nacionalista de Román Rodríguez y la fuga al PP del ex concejal imputado en Brisan Luis Troya, decidió tirar para adelante y reconducir la deriva -ideológica y de gestión pública- desde dentro. Ellos mismos lo dicen: lo han intentado durante siete años pero es imposible. El grupo de Santa Brígida y CC son agua y aceite hace años. Y a las pruebas -de Brisan también- hay que remitirse. Porque muchos críticos de Victoria Casas, aún reconociendo su valía en el combate contra la corrupción, nunca entendieron que siguiera fiel a las siglas del mauricismo y la derecha ática después de la creación de Nueva Canarias. Todo tiene, como el ciclón que viene, su génesis. En su día, Carmelo Ramírez tocó a la puerta equivocada en Santa Brígida. Quiso llevarse a Luis Troya a NC -al final no lo consiguió, claro- y eso, a Casas, que sabía de qué pie cojeaba ya el ferretero, le espantó de NC.