Vaya por Dios. La catastrófica herencia financiera dejada por Pepa Luzardo a Jerónimo Saavedra ya se ha cobrado la primera víctima, el proyecto del Guiniguada tal y como lo diseño Busquet y tal y como lo asumió el nuevo poder municipal. No habrá perras para hacerlo, al menos a corto plazo, pero animamos a Carmelo Padrón y al alcalde a no perderlo de vista, a tenerlo como una de las prioridades de la legislatura, como El Rincón o El Confital, cada uno en su dimensión. Se nos ocurre que se pueden ir estudiando las soluciones más viables para bajar la cota de la desembocadura, de modo que se cumpla con uno de los principales propósitos de la iniciativa. Que si tirar el escalextric nos costó el triple de lo presupuestado, que sirva al menos para que se vea el mar.