Llama poderosamente la atención que el actual PP en Las Palmas de Gran Canaria se ponga a hablar con tanta alegría de concursos amañados o adjudicados sin las debidas garantías de publicidad y pública concurrencia. Porque si Emalsa es una sociedad con mayoría de capital privado (Sacyr y Saur suman el 66%), más cierto es que el servicio de gestión integral del agua depende al cien por cien del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y se le obligó, en agosto de 2003, con la alcaldesa Luzardo tomando posesión de sus dominios en aquellos gloriosos momentos, a adjudicarle a la empresa situada en el puesto catorce el concurso de adjudicación de un módulo de desalación. Lo hizo Pepa encargando un informe contradictorio que primara a Isolux frente a la empresa que los técnicos consideraban ganadora, una tal Idagua, de la que ahora mismito les hablamos.