Cual abogado del diablo independentista que han detectado en el continente por la ponencia más famosa de la corta historia de CC, Soria capeó como pudo el temporal ante la cara de asombro de Carmen Tomás, por separar la paja del grano de manera insustancial: una cuestión interna de un partido sólo sobre el papel y su pacto de gobierno con ese partido que ya teoriza sobre la soberanía, repitiendo hasta la saciedad que CC “siempre añade la coletilla de 'dentro del marco constitucional”. De “locos” y de “paranoicos” tildaron a CC en la misma cara de Soria y el hombre no sabía como salir de su guión y de su aparente tranquilidad porque la sangre del soberanismo de su socio no ha llegado al río de “sede parlamentaria”. Que es simple negro sobre blanco para dormir el sueño de los justos, vamos.