Así hostiga Coalición Canaria a Canarias Ahora: “Pronto se te acabará el chollo”

El diputado José Alberto Díaz-Estébanez en un pleno del Parlamento. (Flickr Parcan)

Carlos Sosa

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Mediante mecanismos parlamentarios con apariencia reglada, utilizando a uno de sus portavoces más activos; a través de periodistas afines que divulgan mensajes coordinados en los medios del régimen, y en redes sociales. Así ha ido anunciando anticipada y públicamente Coalición Canaria (CC) las acciones que iba a acometer contra Canarias Ahora una vez accediera de nuevo al Gobierno regional. Y ya las ha empezado a aplicar.

Los avisos no han sido nada sutiles porque los voceros de CC no han evitado expresiones como “A tu periodismo basura le quedan dos telediarios”; “¿Qué tal tus contratos con RTVC?”; “Se te acaba el chollo”; “Curbelo ha pedido la cabeza de un gangster que lleva incomodándole a él y a su familia hace ya unos cuantos años”... 

Estos son algunos de los hitos que demuestran la estrategia de hostigamiento de Coalición Canaria hacia este periódico:

En el Parlamento: “Un mantenido de Carlos Sosa”

El Parlamento de Canarias, como cualquier otro del mundo que se precie, prevé todo tipo de mecanismos de protección para que sus diputados y diputadas puedan ejercer sus funciones ajenos a cualquier injerencia o presión que pueda influir en su trabajo como representantes de la soberanía popular. Pero, al menos en el caso de la Cámara autonómica canaria, no existe ningún instrumento que pueda proteger a la ciudadanía de la desviación de poder y de los atropellos que puedan ejercer uno o varios de sus miembros.

Canarias Ahora ya ha sufrido en dos ocasiones atropellos en nombre de la soberanía popular perpetrados por grupos políticos contra un particular, en este caso concreto, contra un periódico y su director.

El primer atropello lo sufrimos en 2007 de la mano, cómo no, de José Manuel Soria López cuando era presidente del Partido Popular de Canarias y uno de los políticos más poderosos e influyentes de la autonomía. Su partido y algunos de sus cargos públicos, entre ellos su hermano Luis, se habían visto envueltos en un oscuro asunto de corrupción, el caso Eolo. Básicamente consistió en la filtración de las bases de un concurso de asignación de potencia eólica en Canarias a empresarios del entorno para que pudieran jugar con ventaja. La oposición logró que se constituyera en el Parlamento una comisión de investigación que resultó ser una mascarada. Como quiera que Canarias Ahora fue uno de los medios más combativos con esa trama de corrupción, el PP y Coalición Canaria se cobraron su particular venganza colando en las conclusiones de esa comisión de investigación que nuestro periódico estaba de algún modo implicado por no coincidir nuestra línea editorial con la de los dos grupos políticos que gobernaban juntos (como ahora) y que  aprobaron con sus votos esta falacia:

“Se ha podido apreciar a distintos comparecientes, todos ellos, o militantes del PSOE, o ex altos cargos de Gobiernos del PSOE, o personas afines al mismo, pretendiendo desviar de forma intencionada el verdadero objeto de la investigación y, casualmente, coincidiendo con la línea editorial de un medio de comunicación ”CanariasAhora.com“, cuyo editor y uno de los principales accionistas es D. José Francisco Henríquez Sánchez”.

La segunda ocasión en la que hemos sufrido indefensión frente a actuaciones en el Parlamento de Canarias ha sido en esta décima legislatura, la que acaba de terminar en mayo de 2023. Otra vez de manos de Coalición Canaria, más concretamente del diputado José Alberto Díaz-Estébanez, comisionado para atacarme a mí y al periódico que dirijo sencillamente por ser de los pocos medios informativos canarios que no le ríe las gracias a su partido.

La persecución que ha desplegado Díaz-Estébanez contra mí y contra Canarias Ahora ha tenido un amplio repertorio de actuaciones, unas oficiales, otras mediáticas y muchísimas en redes sociales, donde es muy activo.

Quizás la más escandalosa de todas sus escaramuzas, por su trascendencia institucional, fue la que se produjo en diciembre de 2020, al término de una comisión de control de Radio Televisión Canaria (RTVC) en el Parlamento, de la que fue portavoz de su partido y en la que nos hostigaba permanentemente. Se acababa de discutir acaloradamente -siempre que él participa en algún debate la temperatura y el tono faltón se elevan bastante- sobre la neutralidad de los servicios informativos de la RTVC, y por supuesto él quiso que la última palabra fuera la suya y no la del diputado de Podemos Francisco Déniz. Así que, ni corto ni perezoso, Estévanez se dirigió a él para acusarlo de ser “el mantenido de Carlos Sosa”, en referencia a los vínculos que él me atribuye con Podemos. Déniz no se cortó y le contestó con un amenazante pero mucho más discreto “la próxima vez te arranco la cabeza”, según la versión del ofendido Estébanez, que acto seguido montó en cólera, gritó a los cuatro vientos lo que acababa de oír, corrió a Twitter a contárselo al mundo y recorrió todos los medios afines a dar su versión, no fuera a triunfar la completa, es decir, la que lo señalaba a él como un provocador.

Porque, para desgracia del ofendido, su acusación a Déniz de ser “un mantenido” la escucharon más diputados, pero la supuesta respuesta del destinatario de ese insulto (“la próxima vez te arranco la cabeza”) solo la oyó él.

Que un diputado diga en la sede de la soberanía popular que otro diputado es “un mantenido” del director de un periódico es, a mi entender, un exceso que no se debe permitir. Y no solo porque sea una ofensa para el receptor directo de tal improperio, sino porque el otro insultado no tiene capacidad de defensa alguna. Las consecuencias de ese comportamiento se saldó con una reconvención en privado a ambos diputados por parte del presidente del Parlamento, Gustavo Matos. Una petición de amparo formulada por mí ante ese mismo órgano, la Presidencia del Parlamento, ni siquiera fue contestada por no contemplarse la posibilidad de que un ciudadano pueda sentirse perjudicado por una conducta excesiva de una o varias de sus señorías.

No fue ese el único ataque que recibimos de Díaz-Estébanez en la pasada legislatura. Dentro de la Cámara, con luz y taquígrafos, sus menciones al programa que hasta ahora yo dirigía en la Televisión Canaria, Informe Trópico (antes Trópico Distópico) fueron constantes. Siempre en tono despectivo, criticando su coste de 22.000 euros el capítulo, su audiencia media o la identidad y desempeño de los invitados que aparecían en él. Lo llamaba dentro y fuera de la cámara un programa “de adoctrinamiento ideológico” que mi equipo y yo podíamos producir “en pago a los servicios prestados”, se supone que por la línea editorial progresista y nada servil con Coalición Canaria.

Hasta que recibió una respuesta oficial del administrador único de RTVC indicándole que el precio del programa era de 22.000 euros por capítulo, Estébanez se dedicó a propagar por todas partes que costaba 40.000; que nuestra productora, Clan de Medios, era una tapadera porque había subcontratado a una productora peninsular que era la que llevaba a cabo el trabajo y que nosotros nos limitábamos a poner la mano para llevárnoslo crudo; que era el programa con peores datos de audiencia de toda la cadena y que en realidad hacíamos un programa como “pago a los servicios prestados”, es decir, a la línea editorial de Canarias Ahora.

“¿A cuánto asciende el coste por capítulo del programa de adoctrinamiento Trópico Distópico recientemente incorporado a la programación ordinaria de Televisión Canaria?” Esta fue la pregunta que formuló Díaz-Estébanez a través del procedimiento parlamentario correspondiente el 20 de noviembre de 2020, pocos días antes del incidente con el diputado Déniz, para que le fuera contestada en la Comisión de Control de RTVC.

No hubo reunión de esa comisión en la que su señoría no se refiriera de modo despectivo y con esos términos de “programa de adoctrinamiento ideológico” a esa producción de Clan de Medios. Lo que intentaba incansablemente el portavoz del principal partido de la oposición en la comisión de control de RTVC era incomodar y violentar al administrador del ente público y a su equipo directivo, que tenían que sufrir en cada sesión los ataques a un programa que bastaba con apartar de la parrilla de programación para acabar con tantos malos tragos.

No conforme con esos ataques en la sede de la soberanía popular, José Alberto Díaz-Estébanez, que va a compatibilizar su escaño con el de concejal y portavoz de Coalición Canaria en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, ha hostigado de modo constante a Canarias Ahora y a mí en las redes sociales y en varios medios informativos donde ha sido incluso jaleado por tal actitud.

Antes de que se emitiera nuestro primer programa en Televisión Canaria, es decir, sin conocer su contenido ni por supuesto haberse molestado en conocer todos los aspectos de su producción ya se manifestaba así en Twitter:

Son muchísimos los ataques e insinuaciones maliciosas que Díaz-Estébanez profirió desde esa red social durante estos últimos tres años:

Tras un insulto, “cateto”, el diputado ya lanza el aviso claro: “Se te acaba el chollo”

Para ya mostrarse abiertamente el 1 de junio de 2023, poco después de las elecciones autonómicas con este elocuente mensaje:

En los medios clavijistas

En esta entrevista en una televisión local de Tenerife, Díaz-Estébanez critica el programa Trópico Distópico sin ni siquiera haberlo visto, simplemente porque en uno de sus episodios, titulado “Bolivarianos” fue entrevistado Juan Carlos Monedero. El diputado de Coalición Canaria confirma que ni siquiera vio el programa.

Más recientemente, en las dos emisoras provinciales de la Cadena Ser en Las Palmas, Díaz-Estébanez volvió con sus ataques sin que ni siquiera se le preguntaran por el programa de Clan de Medios. El mismo día, en dos espacios distintos, la cadena que dirige en Canarias Lourdes Santana le pidió que se pronunciara sobre la presentación de otra producción para la Televisión Canaria a la que acudió el vicepresidente del Gobierno. Pero Estébanez de lo que quería hablar era de la nuestra: “Este no es el primero, ni el segundo, ni el tercer caso: hace un par de días recibí los datos, por ejemplo, de la contratación a otra empresa amiga de la casa, los de Trópico Distópico, del amigo Carlos Sosa, el del digital al servicio del Gobierno y marido de Vicky Rosell. Pues ¿sabes cuánto ha cobrado en los dos últimos dos años por su programita Trópico Distópico? Casi 900.000 euros por un programa que no llega ni a la mitad de la media de una cadena, que a su vez está la novena del top ten de las cadenas autonómicas”

El hostigamiento ha incluido insultos, como “lameculos”, “personajillo indecente”, “avaricioso”, “mercenario mediático del Gobierno”, “paniaguado pelota”, “mamporrero impúdico”. Esto fue lo que escribió en una de sus cuentas de Twitter al término de un debate electoral emitido en Televisión Española (en la otra cadena pública que opera en Canarias) con motivo de las elecciones autonómicas del 28 de mayo.

No han faltado acusaciones infundadas como la de haber cobrado “casi un millón de euros” de dinero público “de forma abusiva e injustificada”, dando a entender que la contratación de producciones televisivas de la empresa Clan de Medios, editora de Canarias Ahora, no respondía a criterios profesionales sino al pago de favores políticos.

González Jerez y Pomares

Pero en esta estrategia de acoso a Canarias Ahora, Estébanez no ha estado solo. Le han acompañado no solo compañeros de partido, como el concejal de La Laguna y profesor universitario Sergio Alonso, hermano del que fuera presidente del Cabildo de Tenerife Carlos Alonso y recientemente nombrado director del Instituto Canario de Estadística, y militantes de menos relieve dispuestos a echar una mano para lo que haga falta. También lo han hecho periodistas del régimen como Alfonso González Jerez y Francisco Pomares.

Este último, ya con el pacto entre Coalición Canaria y el PP cerrado y a la espera de la incorporación de Casimiro Curbelo, de la Agrupación Socialista Gomera, publicaba en El Día y divulgado en su sección correspondiente en la Cadena Ser en Canarias, un artículo de opinión que acababa con este señalamiento a la hora de concretar las peticiones del presidente del Cabildo de La Gomera: “¡Ah! Y también la cabeza de un gánster que lleva incomodándole a él y a su familia desde hace ya unos cuantos años. Le han dicho que sí. Pero eso va a costar más: para entregar la cabeza de alguien (siquiera metafóricamente), primero hay que cortársela”.

Casimiro Curbelo mantiene hace años con Canarias Ahora una cruzada personal por considerar que no debimos haber publicado que su hija y quien fuera su novio y una amiga de ambos se vieron envueltos en un caso de presunto favoritismo: fueron las únicas tres personas de las miles que se presentaron a unas oposiciones de enfermería que entregaron sus exámenes sin un solo fallo. Llegaron a estar investigadas por el juzgado de La Gomera, que finalmente archivó las diligencias no sin algunas consideraciones muy pintorescas. Eso es lo que Curbelo considera un ataque a su familia, no que su hija, que finalmente sacó las oposiciones, sea la jefa de Enfermería del hospital insular de La Gomera, o que su yerno haya sido el jefe de cocina del mismo recinto sanitario.

Curbelo no ha parado de pedir mi cabeza, es decir, que se cancele a Clan de Medios y a Canarias Ahora cualquier tipo de contrato público, ya sea una campaña de publicidad institucional o el encargo de un programa de televisión. Ángel Victor Torres y Román Rodríguez, el presidente y el vicepresidente salientes, han sabido aguantar la presión. 

Alfonso González Jerez, estrecho colaborador de Coalición Canaria a través de empresas mixtas como Emmasa o asesor cargos públicos, como lo fue de Clavijo en su anterior etapa en la Presidencia, y del último alcalde de CC en La Laguna, es otro de los encargados de descalificar a Canarias Ahora y a mí en las redes sociales o en sus artículos de opinión, que mantuvo en los periódicos de Editorial Prensa Ibérica durante sus servicios al partido. Además de insultos, él ha sido otro de los que nos ha lanzado advertencias sobre la inminencia de nuestra existencia con tuits como este, publicado el 26 de mayo, dos días antes de las elecciones autonómicas y locales.

Fernando Clavijo ya ha dado los primeros pasos para hacerse personalmente con el control de los medios de comunicación y las productoras de televisión privados de la región. Desde el primer momento comunicó a su socio, el PP que ahora preside Manuel Domínguez, que esas son competencias exclusivas suyas, no del pacto. Y sus primeras órdenes apuntan a las productoras de televisión que considera desafectas, y entre ellas está la nuestra.

Siguiendo su norma habitual, como ya hizo durante su primer mandato entre 2015 y 2019, lo siguiente que hará Clavijo será ordenar que no se incluya a Canarias Ahora entre los medios de comunicación destinatarios de las campañas de publicidad institucional, a pesar de tratarse de un periódico con su audiencia acreditada y auditada oficialmente, lo que le ha hecho acreedor hasta ahora de todas las inversiones de esta índole provenientes de todas las instituciones públicas del Archipiélago. Lo estaremos esperando para acudir a los tribunales de justicia.

Pero mientras tanto, necesitamos el respaldo de nuestra comunidad de lectores y lectoras porque para poder continuar informando y opinando en libertad no podemos (ni queremos) depender de las decisiones del gobierno de turno. Ni de su presidente, por muchas ganas de revancha que cargue en su mochila.

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