Ni siquiera el mal tiempo, manifestado en forma de frío, viento y chaparrones aislados, espantaron a las miles de personas que estos últimos cuatro días se acercaron al entorno Womad en Las Palmas de Gran Canaria. No caben ya más tópicos para describir un festival que cumplía su decimotercera edición y que cada año que pasa ve consolidada su credibilidad entre la ciudadanía, que responde siempre con entusiasmo a la llamada de cada noviembre. El cambio de institución organizadora, del Gobierno al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, un anuncio hasta ahora nunca cumplido por el consistorio capitalino, puede ser uno de los motivos de esa consolidación, pero insistimos en que es la respuesta ciudadana el certificado de continuidad al que siempre se somete con nota esta cita anual de cada noviembre. Los más ilustres agoreros volvieron a quedarse con tres palmos de narices al comprobar su escaso poder de desconvocatoria.