El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Impunidad o ignorancia
El clima político y empresarial se hacía ya irrespirable en Mogán. Ya se sabe que en municipio como el que nos ocupa hay cosas de familia, cosas de política y cosas del vil metal. Lo de las familias es sabido: hay tradición, apellidos que se alternan, y hay amores y desamores, además de feudos electorales más allá de la propia política. Lo de la política en sí misma es todavía una gran desconocida para el analista al uso: dos fracciones de Coalición Canaria enfrentadas; dos Santanas, Antonio y Juan, esperando a ver hacia dónde dirige su dedo pulgar Carmelo Ramírez. El PSOE, descabezado después de que sus dos concejales se pasaran con armas, bagajes y querellas contra el alcalde a CC, y un PP con altas posibilidades de gobernar a partir del año que viene. Lo de los negocios, como decíamos, de coña: es público que algunos políticos de allí han hecho de la comisión un acto habitual. Lo saben ellos, lo saben todos los empresarios, y lo saben algunos ciudadanos. Y la policía. Si pudiéramos contarles cómo son algunos episodios de mordidas, los escenarios que se escogen para entregar los maletines o las fórmulas para pedir el dinero, no se lo iban a creer. Pero no por la sofisticación, qué va, sino por la zafiedad y la cutrez, más cercana a la ignorancia del que cree en el orégano como monocultivo que a la soberbia del impune. No hace falta ser Holmes, basta, por poner sólo un ejemplo, con mirar el nuevo Plan General, ver qué empresario será el más beneficiado y de quién eran los tres solares tres donde ya hay un chalet y se construyen otros dos. Uno para el padre y los otros para los hijos. Como la santísima trinidad, pero en mortal.
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