Se cubrió de gloria en su comparecencia el señor Rodríguez (obsérvese cómo huimos elegantemente de la expresión “imputado señor Rodríguez”, tan del gusto de su jefe Soria) al tratar de explicar a su señoría el régimen de incompatibilidades que rige en el Parlamento de Canarias. “No hay un criterio fijo”, dijo el compareciente sin que se le moviera más de lo necesario un músculo de la cara. El que tiene dedicación exclusiva gana más, ilustró el número tres del PP, para añadir que aun cuando se está bajo el régimen de dedidación exclusiva, se puede ejercer de asesor de “forma esporádica”. Será si se es del PP, le faltó por decir, porque si esas cochinadas que él hizo las hace un diputado socialista ya estaría colgado al principio de Teobaldo Power. Le pierde el rostro de cerámica que luce hasta el techo este ilustre imputado.