Hay dos López Peraza (al menos a dos conocemos nosotros) que formarían parte de una historia friqui de Canarias de atreverse alguien a acometer tal empresa. Manuel José López Peraza es uno de ellos, quizás el más histriónico y mal encarado. Dirige y presenta una televisión local en el norte de Tenerife a mayor gloria del alcalde del Puerto de la Cruz y los intereses cruzados que ambos tienen. Tiene tan pocos pelos en la lengua que con demasiada frecuencia rebasa los límites de la libertad de expresión para adentrarse en las procelosas aguas del insulto más rancio y descastado. Por esos excesos ya ha tenido unas cuantas sentencias firmes, a las que recientemente se sumó una condena de 1.400 euros por conducir sin carné el coche del alcalde. Pese a apellidarse López Peraza y llamarse Manuel, se le conoce por Pepe López, lo que le rebaja unos grados la grandilocuencia con que suenan los dos apellidos pronunciados a la vez. Y si a esos apellidos se le antepone el nombre propio de Marcelino, nos encontramos con un personaje irrepetible en el mundillo del municipalismo canario.