La habíamos dado por amortizada, pero Pepa Luzardo, portavoz municipal del PP en Las Palmas de Gran Canaria y aspirante a algo, a lo que sea que le de Soria, no se resigna. Este viernes último volvió a salir a la palestra para incidir en una de las vertientes que le han conducido al ostracismo dentro de su propio partido, su necedad y su escasa capacidad para disimularla. No contenta con el amplio rosario de ridículos políticos que ha cometido, alguno de ellos incomprensiblemente perdonados por el electorado, este viernes se lanzó a exigir al alcalde Saavedra que “de marcha atrás a las adjudicaciones de última hora y paralice los concursos públicos en fase de licitación (...) porque le van a conducir a soluciones desacertadas”. Para aclararnos más a qué se debe tan dramático llamamiento, la ex alcaldesa se expresa con meridiana claridad un párrafo más adelante: “Uno de los concursos que debe paralizarse sobre la marcha es el de limpieza y actividades complementarias en los centros educativos y en los centros socioculturales de la ciudad”, licitados según sus cálculos en 26,3 millones de euros en cuatro años, 6.561 por anualidad. Y ustedes, como nosotros hicimos, se preguntarán a qué viene, de buenas a primeras, ese interés de Pepa Luzardo por ese concurso concreto. No se vayan muy lejos, que lo vamos a explicar con todas sus letras, que vienen a ser tres.