Pero además de las trapisondas que anda haciendo Willy García con los concursos públicos y con los amigotes, la vida interior de esa televisión pública canaria sufre las convulsiones propias de esa manera tan estrafalaria de dirigir. Ya saben que García se ha ocupado personalmente de desmantelar Radio Club Tenerife, su anterior empresa, para ir reforzando una trama de periodistas tinerfeños dentro de los servicios informativos del ente. Hay un jefe de deportes, pero la que manda es Maite Castro, ex Radio Club; hay un director de Informativos, pero el que trae y lleva los recaditos es Ezequiel Borges; la radio pública la dirige Juan Carlos Mateu, un ex de Radio Club; en el Buenos Días Canarias se han cargado de Jorge Batista (le han dicho que por friki) para sustituirlo por un ex de Cope Tenerife, Eugenio González, al que había que complementarle el sueldo que cobra en la radio autonómica. Hasta el jefe técnico, Manolo Sainz, se lo han traído de la radio donde antes trabajaba Willy.