Dice don Pepito, no el de Cuenca -creemos-, que los jueces la tienen tomada con él y con El Día porque no hace mucho tuvo la genialidad de quejarse ante el Poder Judicial por el comportamiento de media docena de magistrados de Las Palmas que lo criticaron en La Provincia por sus veleidades racistas y misóginas. En su editorial de este domingo, el editor hace un recorrido sobre sus últimos fracasos judiciales, auspiciados sin duda por la deriva propia, y se detiene en CANARIAS AHORA y en su director para acusarnos de estarlo insultando y riéndonos de él a diario. Con el norte perdido, posiblemente por la caída de algún meteorito en los alrededores, don Pepito trae por los pelos una cita de su admirado Eligio Hernández para afirmar que “un juez no puede ser progresista, pues por la naturaleza de su trabajo ha de ser, a la fuerza, conservador”. Ya lo vamos captando: los jueces que han condenado o rechazado las iniciativas judiciales de don Pepito son unos rojeras que lo quieren incordiar y que, como recompensa, obtienen del editor una furibunda crítica personal en la que se llega a mezclar la vida íntima y familiar de sus señorías. Cuasi cretácico, oye.