Se llenó por completo el salón Arencibia del hotel Santa Catalina, habilitado para dar cobijo a los tres centenares de personas invitadas por la Cámara de Comercio de Gran Canaria y la Confederación Canaria de Empresarios para una conferencia del presidente de Bankia, Rodrigo Rato. El que fuera vicepresidente económico de Aznar ofreció unos datos algo más esperanzadores que la media de conferenciantes que por aquí recalan, además de mostrarse como un eficaz propagandista del banco en el que ha quedado integrada La Caja de Canarias. Casi podríamos decir que allí estaban todos los que son, pero mentiríamos, porque faltaron los tres candidatos a presidir la Comunidad Autónoma de Canarias a partir del próximo verano. Soria, de isla en isla; José Miguel Pérez, en Venezuela, y Paulino Rivero, haciendo frente a su cada vez más apretada agenda presidencial y electoral. Tampoco estaban Saavedra o Cardona, aunque sí Pepa y Nardy. Junto a Rato, Mari Mar Julios y Román Rodríguez, y repartidos entre decenas de mesas redondas una multitud de candidatos ocupando puestos sin precedencias protocolarias de ningún tipo. Compartieron mesa y animada charla sobre el tren y los combustibles fósiles Carolina Darias y José Miguel Bravo de Laguna, candidatos al Cabildo por el PSOE y el PP, respectivamente. El popular no dejó de insistir en que, si por él fuera, mañana mismo pactaba con los socialistas, como intentó en el 95 con el éxito de todos conocido. Su pacto con Román, por lo que dejó entrever, se tropezaría con los raíles del famoso tren. No faltaron un batallón de empresarios de todas las dimensiones, ni profesionales de los más variados gremios, ni periodistas, ejecutivos de La Caja y ex presidentes del Gobierno cabreados porque no se les invitó formalmente.