La investigación ya se ha abierto. El alcalde de Santa Brígida ha dado órdenes a sus subordinados de la Policía Local, o al menos a los que siguen reconociéndole su autoridad, para que encuentren e identifiquen a los autores de la pegada de carteles que el pasado viernes sorprendió a los usuarios de la carretera del centro a su paso por la villa. Como les informamos aquí, los carteles, al más puro estilo del western, ponían precio a la cabeza de Lucas Bravo de Laguna, en concreto por valor de los 55.000 euros de sueldo que en esos mismos reclamos se incluían como sueldo de la primera autoridad municipal satauteña. Ese mismo día supimos, mira tú qué cosas, que el padre de la criatura había decidido liberarlo en el Cabildo para que así pudiera cobrar 5.000 euros brutos más al año como consejero de Deportes, o sea, 60.000, que no están los tiempos para perder dinero con la política. En una emisora de la comarca, el Niño Bravo ha dicho que el Ayuntamiento ya ha dejado de pagarle su sueldo, lo cual debería ser motivo de orgullo y satisfacción para la gran familia del PP, que ve cómo se incumple una promesa electoral y se elevan los costes del mismo político. Pero a lo que íbamos, Lucas Bravo de Laguna y Cabrera quiere encontrar a los autores materiales de la confección y pegada de carteles, adelantando ya a quien le pregunta que seguro que la oposición tiene algo que ver con el asunto. Ya puestos a investigar, ¿acabaron las pesquisas sobre el autor o autores de aquellos panfletos fotocopiados y distribuidos por la villa con duras acusaciones de pederastia a un candidato que precisamente no era del PP? Vaya tropa, Bravito.