La primera página del periódico El Día de este domingo era toda una declaración de intenciones, dicho en fino. Una jodienda para Paulino Rivero, dicho en lenguaje municipal y espeso. Prácticamente todas las noticias, o al menos las de alcance regional, tenían que ver con lo rematadamente mal que lo ha hecho el Gobierno de Paulino Rivero hasta ahora y lo rematadamente mal que lo va a hacer a partir de ahora. A tal fin, don Pepito congregó en su debate semanal a lo más representativo del mundo del sindicalismo, la sociedad y la política de Canarias, y hasta se dio el lujazo de invitar a un “miembro del 15 M” y a un representante de UPyD. La conclusión de estos desconocidos representantes fue elocuente: “Nadie cree en el nuevo Gobierno”. Muy respetables opiniones, sin duda. A ese debate seguía una noticia en sintonía, y nunca mejor dicho: el popular presentador radiofónico Luis del Olmo arremetiendo contra el concurso de radios del Gobierno de Canarias con el calificativo rudo y muy ponferradino de “golfería”. Ni más, ni menos. El señor del Olmo, seguramente tras contrastar por varias vías en qué consistió el concurso, llegó a esa contundente conclusión por el método Kiss FM, consistente en afirmar que esa cadena de radio, que lidera el empresario Blas Herrero “no va a crear ningún puesto de trabajo”. Puestos a calificar, y solamente en posición preventiva, cabría calificar de “golfería” que el señor Herrero no creara empleo porque a ello se comprometió en las ofertas que presentó al concurso. Pero sería una “golfería” con duración limitada porque, de no crear los empleos comprometidos, perdería las 22 frecuencias otorgadas, como le va a pasar a todo aquel agraciado que así actúe.