Con tanto salto interinsular acebesliano durante el miércoles de precampaña pepero, se nos fue el santo al cielo (el baifo, en nacional-nacionalista, para enterdernos) y nada les hemos contado del choque de protocolo con Acebes, en Corralejo, entre González Arroyo y Soria. Porque al final no lo hubo, que el envite va para largo. El miércoles, el secretario general del PP desayunó en Lanzarote, almorzó en Fuerteventura y cenó en La Palma, y en la comida en territorio del Marqués el orden riguroso de intervenciones se respetó al pie de los estatutos: Arroyo, primero y después Soria antes de cerrar Acebes. Aunque fuera el Marqués quien pagara el convite a razón de tres millones de las antiguas pesetas, nos dicen. Da igual, don Domingo sabe esperar a la bajadita soriana de 2008, porque por mucho que Acebes aliente a las bases, poco gustó en Corralejo que la comitiva arrancara sin relajarse a los postres, para volar a La Palma. Y ya anda el Marqués vendiendo a los sorianos -baja maternal de Águeda de por medio- que esto es lo que hay: Soria es un ave de paso... hasta el batacazo final de marzo.