Le ha tocado el turno a Mesa y López, seguramente porque de repente nos encontramos con que hay empresarios normales en Las Palmas de Gran Canaria, gente que se considera con derecho suficiente para defender sus intereses del modo y manera que el Estado de Derecho les permite. Si los empresarios de esa zona comercial y de cualquier otra se niegan a financiar de sus bolsillos un alumbrado navideño, allá ellos, es su zona, es su dinero y son sus lucecitas. Si un concejal cree que eso es motivo de escarnio y de boicot comercial, no sólo debe pedir disculpas públicas por tamaña burrada, sino que ha de dimitir inmediatamente y rezar para que no le metan una demanda por el daño causado. Pero si, no conforme con eso, el alcalde de la ciudad pone en marcha sus mecanismos -los mediáticos, los democráticos y los otros- para tratar de imponer su opinión, demonizar a los empresarios que no le ríen la gracia y hacen lo que consideran mejor para ellos, nos encontraríamos con un concejal que es totalmente inocente. Porque el culpable es el que lo ha educado así. Este lunes hay conferencia de prensa de los empresarios de Mesa y López. A ver qué cuentan.