El artículo que tanto ofendió al nuevo jefe de prensa de Antonio Cubillo relataba cómo fueron las negociaciones entre él y Antonio Asensio, presidente del grupo Zeta. Esta firma pretendía comprar el periódico El Día por algo más de 3.000 millones de las antiguas pesetas, y para ello se desarrolló un largo proceso negociador que habría de terminar una tarde cualquiera en una habitación del hotel Mencey. Allí, un abatido don Pepito, con testigos como José Sánchez Rodríguez (JSP), explicaba a los presentes que Tenerife no le perdonaría jamás que se desprendiera de un periódico que es estrella y guía del tinerfeñismo y guardián de las más originales a la par que rancias esencias de lo que debe ser Canarias gobernada desde la avenida Buenos Aires. Don José se cabreó y dijo que aquello era mentira, pero en el juicio se demostró que todo existió y que los cheques llegaron incluso a ser extendidos. Luego, había historia, y no sabemos si deshonor.