Los tentáculos del portavoz parlamentario del PP salvaban barrancos y todo tipo de accidentes geográficos. En otro momento de la actual legislatura tenemos localizado a don Jorge Rodríguez en el municipio de Moya, en esta ocasión haciendo un cobro por asesoramiento con una factura aparentemente legal. Lo que llama la atención de la presencia de este consultor en la bonita villa es la existencia de un contrato en el que, además de él y Antón Marín, aparece el irrepetible José Manuel Arnáiz, por entonces presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas. No sabemos a qué demonios fue a parar tan lejos este ingeniero, dechado de buena gestión portuaria, y si lo hizo solo o pidió práctico para llegar hasta el pueblo que vio nacer, entre otras grandes personalidades de la vida pública, a Luis Hernández, su antecesor en el puerto.