Colea todavía en Mogán -y lo que te rondaré, morena- el espectáculo impresentable ofrecido el lunes por el alcalde, el secretario y el interventor en el pleno donde se aprobaron los Presupuestos de 2010. Muy dado el líder local del PP, Francisco González, a expulsiones o desplantes en sus trifulcas habituales con la concejal Isabel Santiago (NC), no deja de llamar la atención en el pueblo que el trío accidental de marras decidiera mantenerse en silencio y no contestara a ni una de las preguntas planteadas por la concejal Pino González (PSC-PSOE), con las alegaciones a los Presupuestos y el estrambótico informe del interventor accidental sobre la mesa. Contaban este martes desde el sur de Gran Canaria que algo empieza a moverse en el Paquirrinato, ante la evidencia de los premios y castigos a cuenta del caso Góndola. Pero sobre todo, que González ya tiene un problema y no se trata de la cada vez mayor implantación de Internet en la isla o de un acelerón en la investigación que lleva a cabo la nueva juez del caso. El problema del alcalde es que, por primera vez, los sindicatos se le han revirado en el Ayuntamiento.