Está en su derecho la señora denunciante, cuya identidad y motivaciones desconocemos por completo, de quejarse cuantas veces considere oportuno ante el Instituto Canario de la Mujer, pero creemos que se equivoca con nosotros. No empleamos lenguaje sexista en nuestros textos, fuimos de los primeros en adoptar términos como “violencia machista” frente a “violencia de género” o el más insultante “violencia doméstica”. No permitimos comentarios machistas ni homófobos en los foros de los lectores, y hasta hemos retirado alguna viñeta que nos pareció al menos sospechosa. Pero, eso sí, criticamos a los políticos en su conjunto sin piedad. Y la señora Martín, doña Rita, forma parte de esa casta, que tiene bastante disminuidos -abundante jurisprudencia lo avala- algunos de los derechos que para el resto de los mortales son intocables.