Centenares de personas continúan recibiendo estos días monísimos tarjetones de cuidado diseño convocando al acto de apertura de la exposición de los seis arquitectos estrella en el edificio Miller. No convoca ninguna institución ese acto, lo cual constituye toda una novedad, porque quien lo hace es un ente esotérico que se llama La Gran Marina, así como lo leen. Es como si a su casa le llega una invitación de una marca de ron, pongamos por caso, que le invita a una degustación gratuita previa al lanzamiento del producto. Luego, en las caras interiores del istmo, ya se indica que los que invitan son la alcaldesa, el presidente del Cabildo y el de la Autoridad Portuaria, pero todos ellos lo hacen bajo el logotipo de una marca comercial, La Gran Marina, otra aportación extravagante que disparata aún más esta operación.