Quizás fuimos algo duros este jueves con el candidato a presidente de Canarias por el CCN, Nacho González, que no estuvo a la altura de las circunstancias del debate celebrado en Televisión Española. Siempre lo hemos considerado un tipo listo, con recursos y con cierto carisma, cualidades que no demostró en absoluto la noche de autos. Desde su equipo de campaña lo justifican en que fue avisado por la Junta Electoral y TVE de que tenía que intervenir en el debate sólo dos horas y media antes. Como es norma en él, tuvo un día sumamente ajetreado desde primera hora de la mañana. Almorzó con Olarte y las asociaciones de diabéticos de Canarias; luego tuvo una rueda de prensa y, cuando estaba de visita en el barrio de Barranco Grande, en Santa Cruz de Tenerife, fue avisado del acuerdo de la Junta, pero no suspendió el acto. Ni siquiera pasó por su casa para cambiarse ni reunió a su equipo para preparar mínimamente el debate. Se le notó incluso la afonía que lleva arrastrando desde hace días, que ya se sabe que Nacho es mucho Nacho y habla con excesiva pasión en ocasiones. Que se prepare mejor el segundo, que estaremos pendientes de él.