Y puesto a sorprender con sus modos de hacer, se llevó de la mano al Ministerio de Industria en Madrid a Ángel Ferrera y al director general de Unelco, José María Plans. ¿Se imaginan por un momento que a Antonio Lopez se le hubiera ocurrido hacer eso con alguien del PSC? Soria lo hubiera lapidado como il faut. Pero también tiene el delegado del Gobierno sus contestatarios. Dicen en círculos de Las Palmas que su hiperactividad es asimétrica y que si, por un lado, le echa mucho trabajo a la Autoridad Portuaria de Las Palmas, poco dedica a la de Tenerife. Mucho a los asuntos estrictamente económicos y al empresariado, pero el capital de Tenerife sobrevive sin Segura.