Ha sido la concejal de Fiestas de Santa Cruz de Tenerife, Maribel Oñate, la que ha tenido que salir a defender del ridículo a su compañero de partido y de Corporación Ángel Llanos, tras el tremendo patinazo por la compra de un plagio para destinarlo a himno del carnaval chicharrero. Llanos se hizo la foto, pregonó a los cuatro vientos la bondad de la pieza, justificó la inversión pública en la necesidad de que preservar del choteo el Chicharrero de Corazón, y ha terminado escondiéndose tras las faldas de la señora Oñate. La concejal de Fiestas es una fuera de serie, de ésas que es conveniente tener siempre en cualquier equipo humano. No te preocupes, Angelito, que yo doy la cara, debió contestar ella cuando Llanos le pidió que saliera a dar una explicación, que a él le daba risa. O flojera de patas, que también.