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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Una oportunidad para Telde

Carmen Hernández, alcaldesa de Telde.

Carlos Sosa

La más reciente buena noticia para la ciudad de Telde ha sido el archivo de la causa abierta hace cinco años contra los directivos de tres emisoras de radio de la ciudad acusados de piratear canciones. El auto se conoció este mismo martes, tan sólo tres días después de que comenzara un tiempo nuevo en un Ayuntamiento marcado por la desdicha desde que estallara en 2006 el caso Faycan y se descubriera una asquerosa trama corrupta que todavía sigue sin sentar sus respectivos culos en el banquillo. Pero a la segunda ciudad de Gran Canaria, la cuarta de Canarias en número de habitantes (100.000), se le ha vuelto a presentar una nueva oportunidad en forma de nuevos gobernantes que habrán de transmitir a los vecinos la confianza mínima para sacar a ese ayuntamiento del marasmo y a la ciudad de la resignación de tener gobernantes corruptos que ganaban elecciones o se confabulaban para continuar en el poder al precio que fuera. La caída del Partido Popular ha venido acompañada de la de su socio en tantas y tantas correrías, la formación local Ciuca, liderada por Guillermo Reyes, que en esta ocasión se presentó bajo el paraguas de Unidos por Gran Canaria. Ya no suman Ciuca y PP, como hicieron en 2011 con Coalición Canaria, que ha pagado muy caro su pacto con esos dos trapisondistas. Los tres han pasado a la cruda oposición, pero en el caso de Guillermo Reyes, camino al ostracismo: el número dos de su candidatura, José Antonio Peña, se ha erigido en el portavoz y líder del grupo con un discurso que supone una clara ruptura con el pasado, particularmente con algunos comportamientos indeseables de Reyes y los suyos, como la agresión física y verbal a periodistas y la conspiración policial y judicial para encausar a los adversarios políticos y a los medios informativos desafectos.

 

 

 

El fin de la putrefacción

Que María del Carmen Castellano (PP) haya pasado a la oposición tras un duro revolcón electoral a su partido en Telde es una magnífica noticia para esa ciudad. No era de recibo que quien fue detenida, imputada y acusada formalmente en la trama de Faycan, y luego imputada en otras causas y sospechosa de otros comportamientos en fase de investigación preliminar, continuara ocupando un minuto más la alcaldía de la ciudad. Ella es responsable de esa indignidad sostenida en el tiempo, pero también lo han sido durante estos últimos cuatro años sus socios de Ciuca y de Coalición Canaria. Lejos de aprovechar la dura derrota y sus numerosas causas penales para marcharse para su casa, Castellano se mantiene en el machito alegando las mismas majaderías que su jefe de filas: cuando se pierde no se asumen responsabilidades, se sigue para adelante como si no hubiera pasado nada. La ya ex alcaldesa no consiguió mitigar ni una sola de las sospechas que se cernían sobre ella al principio del mandato recién sepultado. Muy al contrario, algunos miembros de su equipo tuvieron que ser removidos al empezar a detectarse operaciones altamente peligrosas, por calificarlas de un modo suave. Ella misma se metió en más de un berenjenal con ribetes penales cuando decidió meter en la lista de acreedores del plan de estabilidad presupuestaria al empresario Ambrosio Jiménez, que reclamaba la ejecución de una sentencia judicial por la que se resolvía un convenio fallido procedente –qué cosas- del cuatrienio negro del PP con Ciuca (2007-2011). O cuando dejó hacer en las oposiciones a jefe de la Policía Local para dar ventaja a un amigo muy íntimo. Por eso no es de recibo que la nueva alcaldesa diga que no tiene intención de levantar alfombras. Las tiene que levantar todas, abrir puertas y ventanas, sanear y baldear, alejar a los funcionarios sospechosos de la lata del turrón del gofio y personarse como acusación en todas las causas que fueran necesarias para exigir que los culpables paguen sus desafueros con su propio patrimonio. ¿Cómo si no va a ser creíble cualquier anuncio de regeneración?

 

Ojo con Juan Francisco Artiles

Para que este nuevo gobierno municipal pudiera ser una realidad en Telde, la nueva alcaldesa, Carmen Hernández, de Nueva Canarias, ha tenido que capitanear una negociación muy complicada. Las escaramuzas que durante el proceso hizo el líder de la formación Más por Telde, Juan Francisco Artiles, a punto estuvieron de frustrar la operación, lo que obligó a incluir en el lote al veterano Juan Martel, superviviente de varios partidos y muchas batallas políticas, la última librada en esta campaña bajo una marca local que remedaba a la de Ciudadanos. Artiles terminó integrándose en el grupo de gobierno, y de hecho ha pasado a ocupar la primera tenencia de alcaldía, no sin antes haber protagonizado una jugada que sólo podríamos calificar de sucia: tantear al Partido Popular y a Ciuca para que sus dos cabezas de lista, Mari Carmen Castellano y Guillermo Reyes, se apartaran y dar así paso a un acuerdo con ellos más Coalición Canaria y el mentado Juan Martel. Sus escaramuzas las camufló con la exigencia de más cuotas de poder y varios amagos de ruptura, en lo que recibía la respuesta de sus otros equipos negociadores. Artiles perdió una magnífica oportunidad para demostrar que es de los que ha entendido el mensaje de los electores de que hay que cambiar los comportamientos políticos, que es necesario el acuerdo y la negociación y que es imposible mantener un solo minuto en los cargos públicos a los corruptos y a quienes los partidos que los amparan y los apoyan. Ahora debe demostrar que está en política para arrimar el hombro y no para estas jugadas rastreras que tan poco dicen de él y de su grupo municipal, el segundo en Telde.

 

Sin dinero para las fiestas

El ex concejal de Fiestas de Telde, Agustín Pérez, ha desmentido en las redes sociales haber dejado vacías las arcas de su departamento. Los nuevos mandamases municipales aseguran que no hay ni un chavo para organizar las fiestas de San Juan porque el PP se estalló todo el presupuesto en los cinco primeros meses del año. Tendrán que enseñar las cuentas y demostrar tan grave acusación y dejarse de buenismo con lo de las alfombras. Si es cierto que así ha sido, el paso siguiente es reclamar responsabilidades no sin antes comprobar en qué se ha gastado ese dinero, qué empresa o empresas han sido recurrentemente contratadas, si entre ellas se encuentra alguna directamente vinculada con el concejal Pérez o si se utilizó a alguna interpuesta para disimular. Sería saludable, ya puestos, saber cuánto costó aquellos fastos del año pasado para que Soria leyera el pregón de San Gregorio con detenidos y todo. Y, sobre todo, en caso de sospecha delictiva, al juzgado de guardia (déjense de Fiscalía, que eso retrasa los procedimientos y no detiene la prescripción) y a exigir responsabilidades patrimoniales de los mangantes.

 

Dimite la concejala tránsfuga

Hizo un mal negocio la concejala Gloria Cabrera cuando en 2013 decidió plantarle cara al que entonces era su partido, Nueva Canarias en Telde. Lo hizo por dinero al descubrir que no la liberaban. Su accidentada marcha del grupo municipal le permitió junto a su pareja de escisión, Héctor Suárez, tocar algo de poder en el tramo final de este recién clausurado mandato, y que Pablo Rodríguez la llevara de número dos en la lista de CC en un salto sin red que ha acabado de mala manera. Porque su condición de trabajadora del Ayuntamiento de Telde le incompatibiliza para cobrar el sueldo público y ejercer como concejala de la oposición, fiscalizando al consistorio que le paga. Y como no se cobra por ser concejala sin cartera, la señora Cabrera va a tener que dimitir. La sustituirá en el cargo la líder vecinal Saro Sosa, que se presentó como número tres como independiente.

 

Valentín Solano, a Ecuador

Esta vez sí tramitó correctamente su petición el jefe superior de Policía de Canarias, Valentín Solano, que lleva yéndose de las Islas casi casi desde que llegó tras el triunfo del Partido Popular y el descarte del que, por transición natural, iba a ocupar esa plaza, Ignacio Badenas. A este comisario que no cumplía con los requisitos para jefe superior, lo acabó mandando José Manuel Soria a un retiro dorado, la embajada de España en Cuba, en pago a los generosos servicios prestados en diversas investigaciones policiales que no tocaron al núcleo duro del PP. En la pedrea, el puesto de Canarias le tocó a este maño, Valentín Solano, que a poco de llegar pidió la plaza de comisario en la embajada en Rabat, lo que le fue denegado sencillamente porque había otros candidatos que cursaron la solicitud debidamente. Años después lo ha hecho como mandan los cánones, lo que le ha hecho acreedor de la Embajada de España en Ecuador. Se marchará de Canarias en septiembre, mes en el que está previsto que le nombren a un sustituto en lo que se celebran las elecciones generales de noviembre y el ministro del Interior que venga haga los cambios que considere pertinentes. Deseamos a Solano una larga vida y mucho disfrute en ese nuevo destino, premiado con un salario de 9.000 euros. No lo echarán de menos por aquí ni sus mandos, ni su tropa ni las fuerzas vivas, porque no ha hecho más que pasar. Puede que sí lo añoren en la Delegación del Gobierno, a cuyos moradores ha prestado servicios políticos impagables, y en ocasiones, impresentables. Ya lo despediremos con todos los honores en septiembre.

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