También se ha devuelto a la oposición a los escaños situados frente al Gobierno, lo que se cambió en la anterior legislatura, cuando Soria, socio del Ejecutivo en 2003, se empeñó en sentarse en esa posición, rompiendo una tradición de dos décadas. Es decir, que a partir de ahora, la normalidad hará que veamos a López Aguilar y a Paulino Rivero frente a frente, y a los muchachos del PP mezclados con los del CC por la grada curva, como tercera fuerza en número de parlamentarios. Está por ver qué ocurre con el número de diputados en las comisiones: si se mantiene en quince o se sube a dieciséis, porque a pesar de estar en la oposición, los diputados del grupo parlamentario socialista suman una gran mayoría imposible de no tener en cuenta. Incluso en el Parlamento canario.