Quizás haya que atribuir a la visita de Su Santidad Benedicto XVI a España la reacción fanática que impregnó este domingo la Carta Pastoral de don Pepito, estrella y guía del independentismo de Canarias empezando por el Gran Tinerfe y de lo demás ya hablaremos. Su editorial de este domingo vuelve a ser pieza de coleccionista y de estudiosos de la evolución del ser humano hacia el desquicie más desternillante. Además de dedicar un sentido párrafo al director de CANARIAS AHORA, al que llama de todo menos bonito y sobre el que vuelve a presagiar los males más terribles tras las siete plagas de Egipto, don Pepito y su camarlengo vuelven a la carga contra Zapatero, contra Paulino Rivero y contra Ani Oramas, que se consolida como la mayor traidora a la causa pepitiana. Y con diferencia. “Ellos frecuentan los palacios y nosotros somos espectadores, desde la calle, de sus orgías, de sus desaciertos, de sus contradicciones, de su despecio al pueblo que les ha dado los votos y esa entrada en los palacios”. Sí, “orgías”, han leído bien, las de “don Paulino y doña Ana la socialista”. Se supera por momentos el editorialista chiripitifláutico.