Con presiones o sin ellas, con archivo parcial de Góndola y con todas las trapisondas conocidas en aquellas grabaciones policiales, el expediente de Anfi Tauro termina por salvar los escollos gubernamentales y entra en el Parlamento de Canarias el 7 de marzo de 2007, a punto de expirar la anterior legislatura. Un diligente Jorge Rodríguez, portavoz del PP, mete en la Mesa de la Cámara ese mismo mes un escrito solicitando que se forzara el calendario de sesiones y se permitiera que se reuniera de modo extraordinario la Comisión de Ordenación del Territorio, que habría de emitir el preceptivo dictamen de autorización de esas camas previo al pleno del Parlamento. La Mesa concede la gracia, y el 26 de marzo de 2007 se reune la comisión de la que formaba parte, miren por dónde, Manuel Fernández, el diputado del PP que ya tenía en vigor un contrato de asistencia y consultoría con Anfi del Mar.