Como ocurriera con La Favorita, donde el Ayuntamiento se ha hecho con una vieja fábrica que no sirve para los fines administrativos y logísticos para los que se compró a cambio de 12 millones de euros (casi el triple de lo que le costó al avispado empresario que hizo el pase), el parque del canódromo tampoco está operativo. Las grietas surgidas en la zona han aconsejado su cierre, lo que nos debería a todos llevar a pensar que los informes técnicos a los que con tanta pasión se abraza Soria no incluyeron en su momento unas mínimas catas que permitieran confirmar que aquello es tierra formada de aluvión, sin consistencia maldita, que ya ha sufrido dos derrumbes graves y que inutilizan por completo la dotación para su uso público.