Como corresponde a su vocación de servicio público (ejem), la Televisión Canaria hizo un gran despliegue informativo este lunes, si entendemos por despliegue estrictamente las horas que dedicó la cadena a dar cobertura a los efectos de la borrasca sobre el Archipiélago. Porque por lo que respecta al despliegue técnico (imágenes, directos, vídeos, conexiones, etcétera), tal despliegue se quedó en casi nada. Porque puede tener un pase que los alcaldes de Santa Cruz de Tenerife o de La Aldea o que el presidente de la Autoridad Portuaria o el director de la radio autonómica entraran vía telefónica en el informativo especial. Tiene incluso su pase que entrara por teléfono el director del Buenos Días Canarias, que contó su experiencia desde un fast-ferry que trataba de zarpar del puerto de Santa Cruz de Tenerife. Incluso podría tener un pase que la mujer del tiempo de la tele, Vicky Palma, no entrara desde el plató para ofrecer las previsiones y que también lo hiciera por teléfono, quizás porque había cubierto su jornada laboral. Pero lo que no tiene pase alguno es que entrara por teléfono el director de Informativos de la cadena, Miguel Ángel Daswani, para contar a los espectadores ¡la última hora!, que venía a ser lo que ya habían relatado los presentadores un millón de veces.