Bien es cierto también que, gracias a esta tregua, la niña Tavío ha conseguido colocar en la lista de compromisarios a su hombre de confianza en La Laguna, Pedro Suárez, que de haberse sometido a votación, hubiera recibido un meneo de considerable humillación. Pero después del congreso nacional vendrán los congresos regionales, y tras éstos, los insulares. Y si nadie es capaz ahora mismo de pronosticar lo que pasará entre Rajoy, Aguirre y los gallos tapados que queden por aflorar, menos se podrá aventurar qué va a pasar en el PP canario y en cada una de sus delegaciones.