La ciudad de Telde está empezando a recuperarse del tremendo shock que le provocaron aquellos fatídicos cuatro años de gobierno de Ciuca con el Partido Popular (2003-2007). Fue un lamentable periodo de latrocinio y asalto a la caja pública con algunos protagonistas que incluso vuelven a presentarse este domingo, suponemos que con sanísimas intenciones. Los dos partidos, metidos en aquel febril subidón de autoritarismo, intentaron cargar sobre sus adversarios políticos, preferentemente sobre el actual alcalde, Paco Santiago, y para ello inventaron denuncias, falsificaron documentos y pusieron en peligro cosas demasiado importantes como para dejarlas en sus manos. Una de ellas fue el edificio de Yrichen, en La Pardilla, sometido a una suerte de laberinto jurídico-urbanístico por una defectuosa tramitación del plan parcial que debió dar carta de naturaleza a la cesión de un suelo público para una labor apreciadísima como la que desarrolla esa fundación. A punto de expirar este mandato, el concejal de Urbanismo, José Antonio Perera, que abandona la política, ha dejado toda la tramitación legal resuelta para que no corra ningún peligro ni el edificio de Yrichen ni su importante tarea en favor de las personas con problemas de drogodependencias y sus familiares. Hacemos fervientes votos para que el PP y Ciuca jueguen con otras cosas que no sean de comer. Preferiblemente en casa y con vaya-vaya.