Dicen los testigos presenciales que el aparatoso accidente del último pleno del Cabildo en el que el marqués de La Oliva, Domingo González Arroyo, casi se rompe la crisma al caerse de la silla, nada tuvo que ver con Águeda Montelongo. La lideresa del PP no le está moviendo la poltrona al histórico conservador majorero por la sencilla razón de que ya se la mueve él solito. De un tiempo a esta parte no se le escucha al marqués despotricar contra José Manuel Soria ni contra la que él mismo llama Aguedita, más bien todo lo contrario. Se ha ofrecido generosamente a un pacto electoral con el PP para que el senador que se elija por la isla se lo repartan durante los cuatro años de la próxima legislatura. Aguedita lo ha confirmado: tiene conversaciones avanzadas para la misma cuestión con el marqués, con el Centro Liberal de Antigua de Gustavo Berriel; con las Asambleas Municipales Majoreras de Ramón Cabrera, y con el Partido Presente y Futuro de Fuerteventura de Antonio Olmedo. La bendición pare prender mecha al caldero donde habrá de cocerse este potaje se la darán teóricamente este jueves en la convención nacional que el PP va a celebrar en Málaga. Luego habrá que explicárselo a los majoreros. Con nosotros que no cuenten, que nos parece un lío morrocotudo.