Al juicio, tanto Roldós como Hernández Vulcan llegaron con la memoria vacía, totalmente en blanco. A preguntas de los abogados, dijeron no recordar que debieran ese dinero, a pesar de que, además de los continuos requerimientos de la parte contratante, nosotros publicamos un amplio reportaje sobre la cuestión en marzo pasado. Tras la sentencia, allá por octubre, los afectados pidieron al juzgado la ejecución de la misma y el embargo preventivo de la nómina de diputada de la señora Roldós. Cuando estaba a punto de salir el auto de embargo, la diputada o alguien en su nombre se constituyó en el juzgado y aflojó los 60.000 euros. No está José Manuel Soria precisamente para que le monten una escandalera en Madrid por un quítame allá esos toldos de una diputada canaria.