Se ha abierto un interesante debate en los foros periodísticos y políticos grancanarios en torno a la conveniencia de otorgar a los grupos del PP en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y del Cabildo grancanario el trato que se merecen. Es en ese aspecto, en “el trato que se merecen”, donde radica el debate. Hay quienes sostienen que se merecen tomar de su propia medicina, y dentro de esta línea de pensamiento están los que opinan que deben estar así todo el mandato y los que piensan que sólo un par de años, para que el tratamiento sea efectivo. En el otro lado se sitúan los que sostienen que en democracia hay que ser generosos con los perdedores y demostrarles que no se es como ellos: sueldos dignos y medios humanos y materiales suficientes para desempeñar su tarea de representantes de los ciudadanos. A medio camino entre ambas tendencias se encuentran los que opinan que Pepa y Larry han de llegar, tomar posesión de su nueva situación, y quejarse. Pero quejarse amargamente a ver si les hacen caso. Con argumentos, claro, a ver si se parecen a los que les llevaron a perseguir a la oposición como la persiguieron.