Jiménez perdió sus opciones porque La Provincia lo publicó, lo cual nos lleva a plantearnos qué hubiera pasado si no es por esa información periodística, porque tenemos entendido que había gente en el PP que conocía las irregularidades administrativas detectadas, pero ése es otro cantar. Pero además de esas opciones, el interfecto perdió los papeles, y además de ejercer los derechos que le asisten (presentó una demanda de protección del honor contra el periodista y contra el director del diario, Julio Puente), envió un artículo de réplica. Para garantizarse la publicación íntegra del texto, el agresor pagó la cantidad de 1.357 euros, lo que le valió que el periódico diera la réplica con el correspondiente cintillo de “Remitido”, como es (o debe ser, que no siempre es) norma habitual. No vean la calentura que se ha cogido el figura, que está reclamando a La Provincia esos dineros porque él quería que la cosa saliera como entrevista normal y corriente. No sabemos si también reclamaba llamada en primera, que de todo parece capaz este tipo de personas.