Como dijimos, reproducimos a continuación un fragmento de la carta de rectificación que nos remite Elisa Díaz, directora de Servicios Canarios de Traducciones y Congresos: “Servicios Canarios de Traducciones y Congresos durante su larga trayectoria se ha presentado a múltiples concursos y convocatorias públicas, no habiendo gozado jamás de ningún tipo de privilegio o ventaja que no fuera el trabajo y la dedicación y el prestigio conseguido día a día sólo y exclusivamente con trabajo y dedicación y como siempre decimos, viviendo y sintiendo lo que hacemos. En estos momentos hay un concurso abierto para la adjudicación del servicio oficial de azafatas de Infecar al que, como siempre hacemos, nos presentaremos sin gozar de ningún tipo de privilegio que no sea el trabajo, una buena oferta y nuestro bagaje de tantos años. Su medio está perjudicando el que podamos acudir a esta convocatoria en igualdad de condiciones que las demás empresas convocadas, además de estar publicando informaciones falsas puesto que no se nos ha adjudicado nada ni nunca en once años de trayectoria se nos ha adjudicado nada que no hayamos merecido y demostrado, por lo que es igualmente rotundamente falso que Juan Ferrer haya anunciado nada puesto que tampoco es la persona con esa potestad ni facultad de decisión. (...) En el caso concreto de Infecar, destacar que desde 1995 venimos prestando servicios de azafatas, traducciones escritas e intérpretes a esta institución, como así demuestra nuestra facturación. Y en concreto con respecto a la FIC hemos participado desde la creación de nuestra empresa en todas sus ediciones, unas veces como empresa oficial de Infecar y otras prestando servicios a los stands de clientes de toda índole. Igualmente hemos trabajado en este recinto en todas las ediciones de Canagua desde el año 1995 y para Proexca, en congresos, jornadas, ferias de la infancia y la juventud y un largo etcétera. (...). Por todo lo anteriormente expuesto, exijo rectificación inmediata por su parte, al igual que ruego que se abstengan de inmiscuirse en la vida privada de quién suscribe. Somos una empresa que simplemente trabaja y una administradora que es una simple ciudadana trabajadora que, en su vida privada, tiene derecho a relacionarse afectivamente con quien quiera y no tiene por qué hacerse público puesto que no pertenece ni al mundo de la política ni al de la farándula”.