El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
De repente todo se autoriza
Lo sentimos mucho, pero no estamos en condiciones de explicarles a ustedes qué pasó exactamente en los despachos de la Consejería de Política Territorial aquel mes de marzo de 1999 para que, de repente, lo que era de imposible autorización se volviera autorizable por completo. Tras las alegaciones no reclamadas de la parte solicitante, los servicios de la consejería elaboraron una nueva propuesta sin informe técnico previo, sin diligencia de comprobación de las circunstancias alegadas por la interesada, sin visitar los terrenos o verificar la apreciación de las circunstancias expuestas o la documentación técnica aportada por la solicitante... La nueva propuesta técnica cambiaba radicalmente su sentido desfavorable de octubre de 1998 y donde decía que no había tu tía proponía que se autorizara la construcción del almacén-bodega de 900 metros cuadrados se proyecta completamente subterráneo“, y, remitiéndose al informe del Servicio de Medio Ambiente del Cabildo Insular de Lanzarote, era conveniente ”permitir aquellas obras que, sin afectar al valor paisajístico de la zona, promuevan el desarrollo del sector vitivinícola, lo que es el caso“. Las alegaciones entraron el 9 de marzo en la consejería; el 24, el director general, César Muñoz, firmaba la autorización de la bodega de Juan Francisco Rosa.
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