La polémica en torno a la defenestración pública de Félix Santiago tiene dos bandos claramente identificados, el que lidera el empresario galdense y el que capitanea el presidente de la CCE, Sebastián Grisaleña. Tras éste se sitúan de modo destacado los empresarios tradicionales del puerto, con Germán Suárez, Esquivel y Juan Miguel Sanjuan como arietes. Luego, aprovechando el río revuelto, el sempiterno José Miguel Suárez Gil, conocido en los ambientes como Zorro Plateado, trata de sacar algún tipo de ganancia. Tiene una vieja deuda pendiente con el secretario general de la Confederación, José Cristóbal García, y quiere cobrársela ahora aprovechando que se le atribuye el error de no poner en un acta la supuesta renuncia de Félix Santiago a pertenecer a la Autoridad Portuaria.