El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Los rojos y los que no leen
Los excesos verbales tienen de malo para quienes los pronuncian que pueden volvérseles en contra en horas veinticuatro. Correligionarios del Niño Bravo en sedes peninsulares del PP se han desgañitado estos días acusando al PSOE de desenterrar el fantasma de la guerra civil y de la confrontación cruenta entre adversarios políticos. A cuenta de la condenable agresión del consejero de Cultura de Murcia, hemos vuelto a poner a prueba la sensibilidad de nuestros oídos con acusaciones sin fundamento que no han hecho otra cosa que retratar a sus autores. Posiblemente contagiado por esa atolondrada deriva nacional, Lucas Bravo de Laguna, que nació en democracia, rescató del baúl de los recuerdos ajenos un término que no le conviene nada en absoluto: “Rojos, que son unos rojos”. Con ese calificativo describió este alcalde en una emisora de San Mateo a los miembros del Club de Lectura Drago de Satatute, y aprovechando la revoltura, mezcló falazmente en esa asociación a los representantes de la oposición municipal, especialmente a esa pesadilla suya llamada Victoria Casas. Para que luego digan que no es necesario rescatar la memoria histórica. Y pasarla por Disney Channel, porque mucho nos tememos que este niño no va a leer un libro ni a palos.
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