Rufino, que no ha invitado a Silverio a comer langostinos, sino más bien un marrón de imprevisibles consecuencias, figura en dicho juzgado como querellado por los presuntos delitos de injurias y calumnias. Silverio Matos ejerció esa iniciativa tras un comunicado de Rufino Pérez, en plena campaña electoral, acusando al máximo regidor municipal de protagonizar casos de corrupción. El comunicado del concejal era absolutamente inoportuno porque él ya había formulado denuncia por esos casos ante los juzgados de San Bartolomé de Tirajana y sabía que las diligencias habían sido declaradas secretas. Aún así, las investigaciones continuaron y los primeros efectos públicos son los conocidos por todos este martes. Veremos, que aquí hay mucho Rufino y mucho Silverio.