Los episodios de deslealtades, de desconfianza mutua y hasta de malos entendidos se fueron sucediendo de modo meteórico en las últimas semanas. Ya les hemos apuntado aquí lo mal que sentaron los resultados de la reunión de Spínola y Blas Trujillo con Paulino Rivero. Como sentó mal en la dirección del grupo parlamentario la reacción que al respecto tuvo secretario general. Pero en lo orgánico hubo un incidente que terminó por acrecentar de modo kilométrico las diferencias entre el número uno y el número dos. Ocurrió en La Laguna, donde milita y vive Spínola, con ocasión de la asamblea para elegir delegados al congreso regional. En una más de sus excentricidades, el secretario general de esa agrupación, Javier Abreu, convocó asamblea el mismo día que se inauguraba el Teatro Leal, lo que provocaría que muchos militantes tuvieran que optar entre un acto y el otro. Los afectados reaccionaron presentando reclamaciones y pidiendo un cambio de fecha, y López Aguilar ordenó a Spínola y al secretario de Organización, Julio Cruz, que arreglaran aquel entuerto.