Además del cabreo -que ahora mismo les relataremos- hay otras cosas que vinculan a la ministra con Canarias. Una tiene que ver con un antiguo noviazgo estudiantil que tuvo con el que luego sería gobernador civil de Las Palmas por la UCD Juan José Barco Jiménez. Su marido, por seguir con vínculos, fuma puros Condal del número 1, que de vez en cuando encarga a los conocidos de aquí. Pero lo que le queremos contar de sus cosas con Soria es mucho más goloso. En cierta ocasión no muy lejana, la hoy ministra se dejó caer por Gran Canaria invitada por José Manuel Soria al Carnaval. Habían quedado en el aeropuerto, pero Soria se limitó a enviarle un taxi a Gando con el recado -eso sí- de que el viaje estaba pagado y con una entrada para ir a la Gala de la Reina del Carnaval. Y encima la entrada no era para la zona de autoridades y gente de orden (VIP), sino con el populacho, ahí. Doña Elvira tiene bien ganada fama de tener un talante muy conciliador, un buen sentido del humor y mucha inteligencia, además de profesionalmente muy preparada. Pero el cabreo es el cabreo y habrá que currar para extirparlo.