Al Partido Popular hay que atribuirle el desplome del transporte público, no sólo en la capital grancanaria, sino en gran medida, en toda la Isla. Con Soria en el Cabildo y Pepa en el Ayuntamiento, más la inestimable participación de Rosa Rodríguez como implacable dama de hierro, el PP desarticuló la Autoridad Única de transportes y se llevó por delante proyectos tan interesantes como del de Guaguamóvil, un modo de transporte a demanda y puerta a puerta que asistía a las personas de movilidad reducida y en gran medida resolvía sus necesidades y la obligación de los transportistas de ejecutar una transformación de infraestructuras y medios casi imposible. Con tal de que Global no tocara bola, el PP ha sido capaz de todo: fulminó Guaguamóvil y cargó ese servicio sobre las débiles espaldas de Guaguas Municipales, que vio incrementar su déficit de manera galopante. Global les huele a socialistas y es en esa alergia donde hay que encontrar su oposición a cualquier intento de dar entrada a capital privado en Guaguas, aunque ese capital provenga de una cooperativa que ha dado buenas muestras de solidez y de querer prestar un buen servicio público.