En medio de una crisis sin precedentes en el Colegio de Arquitectos, acrecentada por la crisis económica y la consecuente reducción de ingresos por la caída de proyectos y visados, los profesionales grancanarios se mueven para inventar nuevas fórmulas. Algunos hablan del momento de los jóvenes, los que vienen con nuevas ideas, sin resabios ni rencores del pasado. Jóvenes que den a la profesión la proyección pública que se merece, alejada del ensimismamiento de estos años. A esa fórmula otros suman la de la una junta directiva de mucho consenso que dé paso a las nuevas generaciones y que aglutine tendencias y a lo mejor que ha tenido ese colegio profesional en su pasado más reciente. Pero ya se sabe que cuando en un proyecto manda más de un arquitecto y se ponen sobre la mesa demasiadas ideas contrapuestas, te puede salir un pastiche imposible de edificar.