El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Tirria a las bibliotecas
La sentencia sobre la condena a la Biblioteca Pública del Estado no es la primera mala noticia sobre este tipo de dotaciones culturales de la larga etapa pepera en Las Palmas de Gran Canaria. En julio de 2005, el brillante concejal de Urbanismo que tuvo Pepa Luzardo en el Ayuntamiento, Felipe Afonso El Jaber, firmó con la entonces viceconsejera de Turismo, Pilar Parejo, un convenio por el que la empresa pública Hoteles Escuela de Canarias (Hecansa) cedía al Ayuntamiento sus instalaciones en Tafira Alta a cambio de que el consistorio renunciara a su promesa de instalar una biblioteca pública en la planta noble del edificio Woermann, en pleno corazón del istmo. Luzardo se garantizaba una operación urbanística para promover 26 dúplex de lujo en el límite del municipio con Santa Brígida (en la zona del Monte) a cambio de que Turismo pujara en la subasta para hacerse con los locales del Woermann, donde actualmente se encuentran las sedes de Hecansa y Promotur. La ciudad perdió otra biblioteca a la que el PP se había comprometido cuando echó abajo el viejo edificio Woermann (protegido por las ordenanzas) y permutó una parte de esa valiosa pieza de suelo a Unelco a cambio de la Cicer, que a su vez le sirvió para justificar el cambio de uso del solar de Pavía. Parece un lío, pero es lo mismo de siempre: pelotazo tras pelotazo. Y pagamos los demás.
Sobre este blog
El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora