El convenio entre la Sociedad de Promoción de Las Palmas de Gran Canaria, empresa pública cien por cien del Ayuntamiento, y ese don Juan Tenorio de nombre Anatol Yanovsky (de Zorrilla ya hablaremos otro día) no contemplaba otras prestaciones que el pago del agua y la luz por parte de la institución pública. Pero es que, a la llegada de los nuevos rectores municipales, se ha descubierto que, además, la sociedad le pagaba las suscripciones a los periódicos, el material de oficina y algún que otro ordenador. Para colmo, la empresa municipal era la que cobraba las cuotas de las alumnas y, por mediación de la ex gerente y contra una factura con un concepto no suficientemente aclarado, se le abonaban esas cantidades mes a mes al maestro de baile. O sea, el local, el agua, la luz, los periódicos, los folios... y la gestión administrativa. A cambio de nada.