En vez de hablar de su libro, como seguramente hubiera hecho Francisco Umbral si se encontrara en la misma tesitura, y encima con los gastos pagados por el Gobierno de Canarias, Elfidio se puso a hablar de política. Y no de lo chunga que está la cosa en La Laguna con cruces de acusaciones de corrupción muy poco edificantes. No. Se puso a hablar de lo bien que la había caído el actual alcalde de Montevideo y su antecesor en el cargo, integrantes ambos dos de un partido de izquierdas, Frente Amplio, que a decir de Elfidio Alonso, le están dando a Uruguay grandes alegrías, especialmente en el aspecto democrático. El director general de la Biblioteca Nacional de Uruguay, que ya había intervenido, volvió a tomar la palabra para dirigirse al diputado ático e indicarle que allí estaban en la casa de la cultura uruguaya y que no estaba bien lo de la propaganda política, ni en un sentido ni en otro. El Frente Amplio que elogiaba Elfidio es el mismo que en 1994 se mostró públicamente en contra de la extradición a España de dos etarras descubiertos en Uruguay. A lo mejor no lo sabía el diputado escritor pero es fácil colegir que se hubiera ahorrado el disgusto imitando a Paco Umbral y hablando sólo de su libro. O de folklore.