El rostro que gastan los responsables políticos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para con el urbanismo rebasa las medidas estándares. Incluimos en el apartado de “responsables políticos” a José Setién, director de gobierno de la cosa, y por supuesto a ese portento que es Felipe Afonso El Jaber, concejal delegado por el anterior. La decisión conocida este lunes de suspender licencias urbanísticas en Vegueta para preservar ese barrio de las agresiones de especuladores y gentes de mal vivir, no es otra cosa que un gesto de cinismo sin parangón. Casi treinta edificaciones han caído, según la asociación Depaca, víctima del desdén municipal por proteger lo que se pretende que sea Patrimonio de la Humanidad, y ahora, justo ahora, decretan una suspensión de un año.